Cuando uno ingresa a un estado alternativo de consciencia la percepción de la realidad es modificada indefectiblemente. Es esta maleabilidad de la realidad algo que ha fascinado a músicos y artistas en general a lo largo de la historia. En la década de los sesentas se dio una eclosión repentina en el uso de las substancias controladas, e incluso se tuvo que acuñar un nuevo término para clasificar un nuevo tipo de drogas, que hacían que la mente se manifestara; se les llamó «drogas psicodélicas». Este tipo de substancias fascinaron a músicos e intelectuales por igual, y fue probablemente Aldous Huxley en su libro, Las puertas de la percepción, quien enarbolaría de la manera más lúcida lo que estas drogas hacen en la mente humana:
«Lo verdaderamente importante era que las relaciones espaciales habían dejado de importar mucho y que mi mente estaba percibiendo el mundo en términos que no eran los de las categorías espaciales. En tiempos ordinarios, el ojo se dedica a problemas como ¿Dónde?, ¿A qué distancia? ¿Cuál es la situación respecto a tal o cual cosa? En la experiencia de la mescalina, las preguntas implícitas a las que el ojo responde son de otro orden. El lugar y la distancia dejan de tener mucho interés. La mente obtiene su percepción en función de intensidad de existencia, de profundidad de significado, de relaciones dentro de un sistema.»
El pasado viernes veintiséis de julio, la banda defeña, Jesus on Dope se presentó en el Club Atlántico; bar que se encuentra situado en el centro histórico de la capital, y que sirvió de escenario para esta banda que en el nombre —bastante polémico en sí mismo— hace referencia al uso de psicodélicos y avisa de qué va. Pasadas las diez de la noche, los siete integrantes de este colectivo subieron al escenario y empezaron a tocar Sexplotion. Dos guitarras, bajo, batería, congas, armómica, y groovebox forman el sonido de la banda; instrumentos que son la forma mediante la cual siete consciencias se manifiestan auditivamente.
La segunda canción que tocaron fue Diabolik y misma que vino a traer más del mundo que encierra la música de la banda; y es que, actualmente, con la sobre-oferta musical uno espera que una banda represente más que canciones. Es decir, que además de la propuesta musical, las bandas traigan consigo un mundo que abarque de lo visual a lo narrativo. Desafortunadamente en esta ocasión la banda no pudo hacer uso de proyecciones visuales como en otras presentaciones suelen hacerlo, e incluso lo estrecho del escenario fue algo que se notó de inmediato. Las canciones que tocaron a continuación fueron dos canciones de su EP Haze: Ghost Host y Escape from the Void.
Para terminar nos deleitaron con una canción que se llama igual que la banda. Fue un concierto rápido, sencillo, y que abrió el escenario para otras tres bandas. Pero incluso así demostraron que hay pocas bandas de rock psicodélico en nuestro país que estén haciendo lo que ellos. Su sonido es equiparable al de bandas europeas como Radar Men from the Moon, Vibravoid o Hisko Detria. Yo tenía muchas ganas de verlos otra vez en vivo, y no me defraudaron. El mundo que traen consigo es abstracto, melódico y ruidoso al mismo tiempo; tu atención consciente e inconsciente se dispersa entre notas cuya estructura es indescifrable: emociones que colisionan entre sí.
(Fotografías: Miguel Ángel Covarrubias)
no mamen alguien que les diga que se pongan a estudiar, hacen pura porqueria, solo por ke la morra esta chidita aunque igual le hace nada mas a la mamada.
y no te pases de verga, como que equiparables a Radar Men from the Moon, Vibravoid o Hisko Detria no te la mames jajajajja. aunque que se puede esperar de la critica de un"melomano contemporaneo" jjajaja tu tambien eres una mamadota jajaj