De entre la infinidad de géneros en la historia de la música popular, la importancia del pop ha hecho que este género eche raíces en varias comunidades de gustos—grupos de personas unidas por una apreciación común hacia alguna manifestación cultural. Una de las razones más evidentes es que este tipo de música es el primer tipo de contacto que un individuo tiene con la música. También la mutabilidad del género, así como su forma amigable (melodías llenas de armonías, la voz se impone por encima del resto de los instrumentos con estructuras muy conocidas; e.g. verso-coro-verso coro) le han permitido al pop apoderarse de los gustos y preferencias del grueso de la población.
Incluso así el género cuenta con exponentes bastante respetables. Uno de estos actos de pop que más admiración y encomio reciben es Arcade Fire. Banda canadiense que disco tras disco explora las fronteras de su creatividad, haciendo de cada LP un ejercicio incansable de renovación. Su primer disco, Funeral, lanzado en el 2003, posicionó a la banda en la escena indie de inmediato, logrando que establecieran una leal base de seguidores. Cabe recordar que su disco debut lleva tan macabro título ya que durante la grabación familiares de Régine, Win, Will y Richard —grupo de músicos multiinstrumentalistas que forman el núcleo de la banda— fallecieron. Su fama mundial llegaría en el dos mil siete con su segundo disco de estudio, Neon Bible, disco sombrío que tiene joyas indispensables del baroque pop como Intervention. Luego en el dos mil diez lanzaron The Suburbs, disco que explora los sentimientos más humanos de Win y Will quienes se inspiraron en su infancia en los suburbios texanos donde crecieron.
Y a pesar de haber presentado tres discos sólidos, las diferencias entre estos discos supera sus similitudes. Las letras abordan gran variedad de temas, como la fe, la religión, la posición del individuo en la sociedad actual, el amor y los miedos de una civilización global. La música de Aracde Fire está siempre cargada de detalle, con varias capas y con una instrumentación cambiante; haciendo de su propuesta estética una de las más exquisitas formas de pop. En el otoño del dos mil trece esta banda presentó a las diversas comunidades de gustos su trabajo más ambicioso: su más reciente disco: Reflektor.
«Si esto es el cielo, necesito algo más» advierten Régine y Win en la canción que comparte el título del álbum y que es la encargada de abrir el disco uno. El synth pop, el dance y hasta el dub se hacen presentes en: We Exist, Flashbulb Eyes, y la espectacular Here Comes the Night Time. Al principio de la siguiente canción, Normal Person, escuchamos a Win decir en tono de burla que «no sabe si le gusta la música rock», para acto seguido tocar la que es una de sus mejores canciones de rock; en lo que es uno de los himnos del rock moderno, pareciera que Arcade Fire mezcló Spiritualized con The Brian Jonestown Massacre y The Olivia Tremor Control. Con unas letras memorables, Win en algún punto canta sobre su miedo a la emergente cultura global («You dream in English now, in proper English/Look how you’re just the same as me») y repite en el estribillo la frase «¡si eso es lo normal ahora, no quiero saber!». You Already Know y Joan of Arc cierran la primera parte de este disco doble.
El segundo disco abre con menos fuerza pero con la misma calidad. El bloque compuesto por Awful Sound (Oh Eurydice) e It’s Never Over (Oh Orpheus) es bellísimo, y nos muestra lo efectivos que pueden ser para hacer bellas canciones de amor. El bloque se relaciona con el mito griego de Orfeo y Eurídice—e incluso el primero aparece en la portada del disco. Después, el disco dos cierra con tres canciones que comparten la siguiente característica: un título presuntuoso. Porno, Afterlife, y Supersymmetry. Musicalmente se parecen poco, y culminan este cuarto disco que continúa la reinvención musical de Arcade Fire; algo que siempre habremos de agradecerles es su incansable deseo de presentar nuevas propuestas disco tras disco, canción tras canción.
Si alguien esperaba una obra maestra de esta banda parece ser que la han entregado en este disco. Era cuestión de tiempo.
[…] este dos mil trece. Sin embargo, por si les interesa, mi disco favorito del año que concluye fue Reflektor de Arcade […]